Cómo lograr un diseño de interiores equilibrado: la clave está en la proporción

5 de May de 2025 por ST2DIO

Uno de los principios más poderosos —y a menudo pasados por alto— del diseño de interiores es la proporción. No se trata solo de elegir muebles bonitos o colores agradables, sino de cómo se relacionan entre sí los elementos dentro del espacio. El equilibrio visual, cuando se logra correctamente, genera armonía y convierte cualquier ambiente en un lugar funcional y acogedor.

Una de las formas más efectivas de aplicar la proporción es utilizando la regla del 60-30-10. Esta técnica de distribución del color sugiere que el 60% del espacio debe estar dominado por un tono principal (por ejemplo, el color de las paredes), un 30% por un color secundario (muebles o cortinas), y el 10% restante con acentos (cojines, arte, accesorios decorativos). Esta fórmula ayuda a mantener la cohesión sin caer en la monotonía.

Además del color, el tamaño del mobiliario es fundamental. Una sala pequeña no debería estar saturada con sofás voluminosos o mesas demasiado grandes. En cambio, la clave está en elegir piezas que respeten la escala del lugar. Las alfombras, por ejemplo, deben cubrir el área suficiente para unificar los muebles principales, pero sin abarcar todo el suelo. Lo mismo ocurre con las lámparas o cuadros: deben ser proporcionales a las superficies que ocupan.

Aplicar una mirada crítica a la proporción no significa limitar la creatividad, sino enmarcarla. Un espacio bien proporcionado se siente cómodo sin que uno sepa exactamente por qué. Esa sensación de orden y belleza no es casual: es el resultado de un diseño pensado para que cada elemento tenga su lugar y propósito.